Tzajalchen en los Altos de Chiapas México

by 8:50 p.m.
Vivir en la comunidad, observar y simplemente respetar su manera de vivir fue lo que experimente en el verano del 2015.
Tzajalchen es una comunidad indígena que se localiza en los Altos de Chiapas en el municipio de Tenejapa en México con 2,210 personas.

Para visitar una comunidad indígena y adentrarte en su cultura y su espacio es importante que la invitación la realices con algún organismo u ONG que tenga el acceso directo y que te pueda recomendar. Sensibilizarte previamente también es de suma importancia. Entender que no les va a enseñar nada, simplemente vivirás unos días con ellos respetando su cultura y observando su manera de vivir.

Los medios de transporte para trasladarte de San Cristóbal de las Casas a Tzajalchen es en camionetas o taxis, los cuales los puedes tomar desde la estación de autobús de San Cristóbal la cual se localiza cerca del mercado.  El recorrido para subir el cerro dura 3 horas.
Al llegar a la comunidad ya nos estaba esperando Toño, encargado de la mesa directiva de la comunidad y quien sería nuestro acompañante durante la experiencia.

No teníamos señal de celular y solo lo usábamos para tomar fotografías del hermoso paisaje en donde se localiza la comunidad. Esta se encuentra como en lo alto de una montaña que nos permitía tener vistas desde diferentes ángulos.


Lo primero que vimos al llegar fue esta iglesia azul que se levanta a la entrada de la comunidad y a un costado de la escuela. Una iglesia que se pierde con el color del cielo. Lugar sagrado para todos ya que es el punto de reunión para celebrar las ceremonias espirituales y es el lugar para ponerse de acuerdo sobre cuestiones y decisiones de la comunidad. 



Es muy común que dentro de las comunidades indígenas haya mesas directivas para organizar a las personas y trabajar por el beneficio de todos. Es un trabajo colaborativo donde se busca la justicia y dignidad de las personas. Me percaté que es una comunidad donde todo lo comunican, y el que viviéramos ahí por los siguientes 4 días era algo que el pueblo tenía que saber.
Había alrededor de 100 personas reunidas en la iglesia, desde mujeres, hombres y niños. Toño en la lengua Tzotzil dijo unas palabras y nos invitó a presentarnos. Dijimos nuestro nombre y unas palabras de agradecimiento por recibirnos en su comunidad. Toño traducía en la lengua tzotzil.

¿Sabías que el estado de Chiapas se hablan doce lenguas indígenas? Estas son el tzeltal, tzotzil, chol, zoque, tojolabal, mame, kakchiquel, lacandón, mochó, jacalteco, chuj y kanjoba por mencionar algunas,  las cuales cuentan con gramáticas y diccionarios

Esta casita pintoresca que ven en la siguiente foto fue donde dormimos los siguientes 4 días. A un costado de la iglesia.



Nuestros días comenzaban a las 6:30 con un desayuno en la casa de Toño y su familia. Nuestro desayuno era Frijoles con tortilla, café de olla y huevo revuelto con papa. Para la comida y la cena no podían faltar los frijoles con tortillas recién hechas en el comal, pasta de coditos y café de olla. Para la cena lo mismo.

Después de desayunar pasábamos el día caminando y saludando a la gente de la comunidad. Jugando con los niños y admirando los paisajes.



Dábamos otra caminata por la comunidad hasta que llegaba la noche y así algunos niños reunidos querían que siguiéramos jugando con ellos. 

Un día especial fue cuando una familia de la comunidad nos invitó a pasar a su casa. Fue un día mágico y que me llenó el corazón.
La familia nos ofreció naranjas de un árbol de la casa vecina y ahí sin darnos cuenta nos pasamos la mañana y la tarde.



La comunicación era con señas ya que no hablaban español, pero nos sentíamos tan conectados que no necesitábamos las palabras ya que la comunicación era desde el corazón abierto.


Gran parte de las comunidades indígenas en Chiapas se mantienen de las artesanías y textiles que bordan a mano. Pasamos una tarde donde nos enseñaron a tejer.


Ahí comprendí que en las cosas sencillas es donde está la felicidad.


También me la pase jugando y conviviendo con los niños de la casa. Gocé el momento y comprendí que no hay mejor manera de vivir la vida que desde lo sencillo y cotidiano.



¨La esencia del amor y la compasión es la compresión, la habilidad de ponernos en la piel de los demás¨

Terminamos ese día con esta foto. Fue un momento de encuentros, de darnos cuenta de que todos somos uno, que somos más parecidos de lo que creemos.


No podíamos irnos sin tomar café de olla que nos prepararon en su estufa de leña:


Se terminó el día, cenamos en casa de Toño y su familia. Dormimos en nuestra casita pintoresca y regresamos a San Cristóbal. Después de 4 días de experiencias inolvidables.


Me voy con el corazón lleno de experiencias y agradecimiento. Aprendí que ellos también tienen una vida de abundancia. No les hace falta nada, disfrutan su vida de una manera sencilla. No están pensando en tener más o acumular más. Simplemente son y viven el momento presente.
¿Has estando en una comunidad indígena? Te invito a explorar y salirte de tu zona de confort. 

Quiero un mundo donde quepan muchos mundos. CHIAPAS, MÉXICO

by 3:41 p.m.

Era un 26 de diciembre del 2014 cuando pise por primera vez tierras Chiapanecas. Llegando a Tuxtla Gutiérrez desde Guadalajara, un vuelo de dos horas, para de ahí partir a San Cristóbal de las Casas una hora de camino, donde comenzaría la aventura con mis compañeros de viaje: Poncho, Tony y Alex.



 Al caminar por primera vez por la Calles de San Cristóbal empecé a percatarme de la diversidad de culturas: Gente indígena vendiendo artesanías, extranjeros que colaboran en proyectos en comunidades indígenas alrededor del estado por tiempo indefinido. Visitan la ciudad y se enamoran de la gente, la naturaleza, la cultura y la diversidad y sin pensarlo tanto, empiezan a colaborar en proyectos en comunidades indígenas quedándose a vivir en Chiapas por tiempo indefinido.


Chiapas te enamora desde que lo experimentas y lo vives. Te atrapa esa diversidad y color que solo encuentras en este lugar.



Cada comunidad Indígena tiene su propia lengua y autonomía y se distribuyen así:


Al siguiente día nos dirigimos rumbo a los ¨altos de Chiapas, ¨ nuestro destino sería ¨Acteal¨, en el municipio de Chenalhó comunidad indígena conocida internacionalmente por ¨La matanza de Acteal¨ incursión paramilitar que atacaron indígenas tzotziles de la Organización de las ¨abejas¨, los ataques se llevaron a cabo el 22 de diciembre de 1994. Teniendo 45 muertos entre ellos niños y mujeres embarazadas.
La organización de las abejas se formó en el año 1992 con la finalidad de trabajar en conjunto a favor de sus derechos y conformar una comunidad que trabaja por el bien común y la justicia. Así es como surgieron las abejas trabajando de la mano con el Centro de Derechos Humanos de Fray Bartolomé de las Casas (FRAYBA)


Para llegar, hay que adentrarte en el cerro y manejar varias horas. Hay varias maneras de llegar ahí, la manera que yo les recomiendo es en taxi que lo tomas en la calle cerca del mercado. Es una carretera con muchas curvas, en el camino vas admirando las comunidades y las distintas dinámicas, autonomías y hasta trajes típicos que van cambiando de una comunidad a otra. Te encuentras con unos paisajes de ensueño donde no quieres quedarte dormido y quieres fotografiar lo más posible el camino.

Llegando a Acteal después de 2 hora de trayecto el tiempo cambia y se vuelve más lento.








Llegamos con las manos abiertas y agradecidos por el recibimiento de la mesa directiva de Acteal.  Ahí el tiempo no corre, no existe. No hay prisas, solo existe el hoy y lo que hay en ese preciso momento. No veo preocupación ni acelere. Percibo una energía autentica y serenidad.


Los niños se ríen contigo, te miran para que juegues con ellos. Las señoras bordan y están enfocadas en sus artesanías, los de la mesa directiva dialogan mejores formas de organizarse y así va transcurriendo la vida en Acteal.
Duramos 3 horas y partimos de nuevo a San Cristóbal, esperando las camionetas que las tomas en la carretera y te cobran 20 pesos y te dejan cerca del mercado donde también tomas los taxis.

La experiencia en Acteal me dejó conmovida, fueron solamente 3 horas, pero suficientes para darme cuenta de la importancia de respetar la diversidad, de ver por el otro, de que la palabra justicia es dignificar a las personas, de respetar las costumbres y tradiciones. Sobre todo, aprendí que no hay una mejor cultura que otra, sino simplemente son diferentes y cada una tiene su encanto.

Esta tiene el encanto de lo simple, lo cotidiano, los colores de los trajes típicos, la lengua distinta a la tuya, la forma de organizarse, los niños corriendo libremente, la habilidad de crear artesanías coloridas y la Lucha por la justicia y sus derechos.
Ese día fue espectacular, no lo olvidaré…

Al siguiente día siguiente partimos rumbo a ¨San Juan Chamula¨ está a 10 kilómetros de San Cristóbal, puedes llegar en los colectivos que encuentras en toda la ciudad y te cobran 5 pesos.


San Juan Chamula es famosa por su iglesia, puedes visitarla pagando 5 pesos y no puedes tomar fotografías al interior debido a las tradiciones ¨chamulas¨

La iglesia es única en el mundo, es muy peculiar. No es la típica iglesia católica. Esta es una iglesia con creencias prehispánicas donde los creyentes rezan frente a velas de diferentes tamaños, el piso se viste de ramas de pino, siendo este un árbol sagrado para los chamulas. La iglesia está llena de figuras de santos que tienen espejos con el objetivo de que el creyente se refleje y ahí ante ellos confiesan sus pecados.

Me tocó ver a varias familias chamulas haciendo rituales con una gallina, una Coca-Cola y la bebida típica de ese lugar llamada ¨Posh¨ aguardiente de la región que lo utilizan en estas ceremonias. Ahí a través de estos elementos le piden a su Dios y lo veneran.
Sales de la iglesia y te encuentras con un gran mercado, donde podrás conseguir el ¨posh¨ llevarte una botella a casa, así como adquirir artesanías locales.




     

Termine este gran día tomándome una foto con mi amigo Fernando, niño Chamula que me enseño unas palabras en Tzotzil.



Te invito a seguir disfrutando de estas experiencias en Chiapas en mi siguiente articulo donde conocí un caracol Zapatista y otra comunidad llamada Tzajalchen
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